Residencias para estudiantes Madrid
Nuestra andadura como residencia comienza el 15 de febrero de 1886 en Ocaña, un pueblo de la provincia de Toledo. Éramos sólo 13 jóvenes que empezaban su formación religiosa dominicana, destinadas por Dios para ser el fundamento de lo que hoy es la Congregación de Religiosas Misioneras de Santo Domingo. Teníamos claro que parte de nuestro apostolado tenía que pasar por la docencia, pero nos quedaba todavía mucho camino por recorrer para lograrlo.
El 20 de abril de 1892 se trasladó el noviciado, exclusivamente misionero de Ocaña a la capital de España, Madrid. Nos instalamos muy cerca de dónde estamos ahora, en una casa en la calle Marqués del Riscal 26, en la zona de la Castellana. Lo que hoy es casi pleno centro, en aquel entonces eran las afueras de la ciudad. En aquella casa ya dimos un paso más hacia convertirnos en residencia y centro de estudios al dar alojamiento y formación a niñas del entorno y a las novicias de la orden.
No fué hasta 1895 cuando nos ubicamos definitivamente en la casa actual en la Calle Don Ramón de la Cruz 4 y que todas conocéis. La casa se compró a una viuda de un tal señor Cabrera. Ese patio ajardinado que tenemos hoy, también se compró junto con la casa. Se llamaba «el pico». La comunidad de misioneras fué quien lo independizó de los solares vecinos, ajardinándolo y convirtiéndolo en el patio actual que podéis disfrutar en nuestra residencia.
En nuestra nueva casa empezamos a trabajar duramente y se convirtió en un foco de irradiación contemplativo misionero, orientado a hacia la evangelización de las naciones del Extremo Oriente. Éramos fundamentalmente Colegio de enseñanza y una planta estaba dedicada a residencia de jóvenes trabajadoras. En las actividades del colegio y la residencia participaban las novicias, a la vez que ellas mismas se formaban y preparaban para la misión en Extremo Oriente. .Nos dieron el nombre de «Noviciado Colegio del Santísimo Rosario».
En la nueva casa se consolidó la vocación docente. Junto con las novicias y algunas estudiantes universitarias que residían en el convento, se alojaban niñas del colegio, porque éramos, además, un colegio femenino en el que algunas de las chicas estaban en régimen de internado. Fuimos el primer colegio en Madrid al que el Ministro de Instrucción Pública Don Amalio Gimento, otorgó el privilegio de poder impartir el grado de Bachiller y la carrera de Magisterio. Podéis haceros una idea de la cantidad de chicas de todas las edades que pasaron por nuestra casa.
Por desgracia, en el año 1936 estalló en España la Guerra Civil. Fué una situación muy difícil para todo el mundo y nos vimos obligadas a trasladar el noviciado a Portugal, concretamente a la ciudad de Oporto, debiendo abandonar la casa y el colegio a su suerte.
Terminada la guerra civil, un rayo de esperanza iluminó el horizonte con la paz. Recuperamos la casa de Madrid aunque muy deteriorada, por lo que hubo que realizar grandes esfuerzos para poder arreglarla y devolverle la utilidad que tenía antaño. Y aunque costó mucho esfuerzo económico y humano, logramos recuperar las instalaciones para la docencia y la residencia.
Fuímos colegio de Nuestra Señora del Rosario hasta la década de 1970, pero el peso de las dificultades administrativas y económicas, y tras muchas conversaciones, interrogantes, dudas en indecisiones, el 11 de enero de 1977 la Delegación del Ministerio de Educación y Ciencia nos concedió la clausura de las actividades docentes.
No cerramos, como se dice hoy en día, nos reinventamos. Aprovechando que durante muchos años estuvimos alojando novicias y estudiantes, nos convertimos en Residencia Universitaria, que es lo que somos hoy.
El tiempo no pasa en balde por las casas y en 1983 tuvimos que cerrar durante dos años debido a una renovación total del edificio que amenazaba ruina. Cuando reabrinos ya lo hicimos como la Residencia Universitaria Nuestra Señora del Rosario. Inicialmente contábamos con 63 habitaciones, de las cuales 21 eran dobles y empezaron con nosotras 84 residentes universitarias.
En 1985 concretamente un 23 de diciembre tuvo lugar la bendición de la nueva residencia, que es también la sede del gobierno provincial de nuestra Congregación en España.
Hoy en día ya no existen las habitaciones dobles y durante estos últimos años el edificio ha sufrido diferentes reformas con la intención de modernizarse y adaptarse a las necesidades de las jóvenes universitarias. Una de las últimas consistió en la de las habitaciones dándoles un aspecto más juvenil y funcional. También, al ser conscientes de la importancia de las nuevas tecnologías, hemos mejorado y potenciado toda la red Wifi de la casa.